domingo, 6 de marzo de 2011

Cyrus (EE.UU. 2010)


En la brillante Cyrus, los hermanos Duplass (Baghead) destripan una vez más las convenciones de género con una versión extraña, neurótica y demoledora de la comedia romántica de toda la vida. Pero por suerte, y ese es uno de los secretos de su triunfo, aquí todo es poco convencional. En primer lugar, el altísimo grado de libertad interpretativa que los directores dejan a sus actores protagonistas, para que estos aporten su propia personalidad y creatividad al film, una de las claves del éxito de la cinta. En segundo término, la manera de integrar fobias, situaciones, ideas y filias afines al cine indie en un contexto de comedia comercial para todos los públicos, combinando ambos universos con suma gracia y astucia. Y por último, y en la línea de algunas honrosas excepciones recientes, el mal sabor de boca, el profundo tono de pesimismo y desazón que recorre los resortes de un género más acostumbrado a finales felices y distensión emocional. Todo ello dirigido y escrito con sutileza, libertad y complicidad máxima con los actores, dotado de gags convincentes, diálogos brillantes y personajes sólidos como una roca.

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