viernes, 31 de agosto de 2007

Sunshine, alerta solar (Gran Bretaña 2007)

Aunque Sunshine, alerta solar recoge elementos de muchos films de ciencia ficción -de 2001: odisea del espacio a Alien y de Solaris a Misión a Marte -, y más allá de que sus personajes responden a modelos bien conocidos, exhibe alguna originalidad en el punto de partida (esta vez el objetivo es el Sol) y cierta intención de sortear algunos lugares comunes, como, por ejemplo, el de mostrar los efectos causados en el planeta por la catástrofe que se juzga inminente y que da origen al alerta del título. Lo que imaginan Danny Boyle y su libretista Alex Garland es que en el año 2057 el Sol se está apagando, con las terribles consecuencias que ello puede tener para la humanidad y toda otra forma de vida; que su completa extinción está próxima y que todas las esperanzas están puestas en lo que pueda hacer la arriesgada misión espacial que pretende detonar una poderosísima bomba nuclear en el mismísimo corazón del sistema solar, para reactivarlo. Que la nave se llame Icarus II da a entender dos cosas: por un lado, que ya ha habido una Icarus I que terminó en fracaso (o mejor: en el misterio, porque nada se sabe de ella desde hace siete años); por otro, que los responsables de estas riesgosas expediciones espaciales siguen empecinados en bautizarlas con un nombre que no parece el más apropiado para una nave que debe exponerse tanto al calor. Los problemas, cabe sospecharse, no tardarán en llegar. Estamos, pues, ante otra visión apocalíptica del futuro próximo, con la supervivencia de la humanidad dependiendo de las acciones de unos pocos. En este caso, de una tripulación multiétnica integrada por ocho fotogénicos astronautas entre los que hay ingenieros, científicos y expertos en diversas disciplinas, incluido el ambientalismo.
Al talentoso pero discontinuo Danny Boyle, confeso admirador de Ridley Scott y de su Alien , le interesa por supuesto hacer hincapié en la claustrofóbica vida dentro de una nave espacial y lo hace apoyándose en una bien elaborada escenografía y en el hábil manejo de la luz por parte de Alwin Küchler (curiosamente, el terror no viene esta vez asociado a la oscuridad sino al blanco enceguecedor, también motivo de cierta fascinación). Y el dibujo de los personajes importa bastante menos que el progreso de la acción, que se hace más tensa a medida que empiezan a sucederse los sobresaltos, el primero de los cuales sobreviene cuando los viajeros comprueban que algo ha quedado de Icarus I y que deben adoptar una decisión determinante. Deben elegir entre seguir rumbo al Sol para cumplir con el cometido que les fue confiado o desviarse para intentar el incierto rescate de la primera nave, aun a riesgo de que esa demora pueda incidir negativamente en la misión principal. De lo que se resuelva en ese momento decisivo y de los percances que se sucederán después surgen otros giros dramáticos que mantienen vivo el interés hasta que en la media hora final se introduce una variante que conduce al terror, una transición bastante forzada y poco convincente. El tímido intento de plantear la oposición entre ciencia y religión no va mucho más allá de la superficie. Si bien el film de Boyle no innova demasiado y resulta visiblemente afectado por la variación final, ofrece en cambio abundante acción, muchas imágenes impresionantes, algunas secuencias muy bien logradas (la salida de dos astronautas al espacio, entre ellas), y un eficaz empleo de los efectos especiales, obra de The Moving Picture Company. A los méritos de Boyle habrá que sumar su moderación en el gasto. Sunshine, alerta solar costó apenas unos 40 millones de dólares y muestra tanta espectacularidad y sofisticación como otros productos sensiblemente más costosos. Fernando López (Diario La nacion)


Sunshine, alerta solar ( Sunshine , Gran Bretaña/2007, color; hablada en inglés). Dirección: Danny Boyle. Con Rose Byrne, Cliff Curtis, Chris Evans, Troy Garity, Cillian Murphy, Hiroyuki Sanada, Mark Strong, Benedict Wong, Michelle Yeoh. Guión: Alex Garland. Fotografía: Alwin Küchler. Música: John Murphy y Underworld. Edición: Chris Gill. Presentada por Fox. Duración: 105 minutos. Calificación: sólo apta para mayores de 13 años, con reservas.


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