En febrero de 2002, Oliver Stone pasó tres días entrevistando a Fidel Castro para un documental encargado por la cadena HBO. El resultado de esas 30 horas de grabación fue Comandante , que -por decisión de los productores- nunca se exhibió en la TV norteamericana ni se editó en DVD, aunque sí se estrenó comercialmente y se vio en festivales del resto del mundo.
Los ejecutivos de HBO se mostraron disconformes por lo que consideraban una mirada parcial (favorable) del multipremiado realizador de Nacido el 4 de julio , Pelotón , JFK y Nixon hacia la Revolución Cubana y la figura de Castro y, como entre marzo y abril de 2003 el gobierno de la isla ejecutó a tres secuestradores de un avión de línea y arrestó a más de 75 disidentes, la productora le pidió a Stone que regresara a Cuba para mostrar esa nueva realidad y cuestionar al líder político por los hechos.
Este segundo documental se llamó Looking for Fidel y el sello Transeuropa lo acaba de lanzar directamente en DVD con el título Un hombre llamado Fidel Castro . Quienes esperen encontrar en esta suerte de secuela una mirada crítica quedarán decepcionados.
El nuevo encuentro duró apenas 45 minutos, pero el por entonces imponente líder cubano (todavía no sufría en toda su dimensión las secuelas de su enfermedad) vuelve a seducir a su interlocutor con su capacidad de oratoria para responder a cada una de las preguntas que Stone -que también pudo entrevistar a varios presos políticos, a sus abogados y filmar los juicios contra disidentes- le hace sobre los derechos humanos en Cuba.
Respecto de la controversia en torno de sus dos trabajos, Stone indicó: "Me siento orgulloso y feliz de Comandante . Hice esta película para 90 minutos y luego pasó lo que pasó en La Habana en 2003.
HBO no quiso emitirla debido a las protestas de la comunidad anticastrista de Miami, pero yo me negué a cambiarla, como quería HBO, y por eso tomé la decisión de hacer Looking for Fidel . Fue increíble que nos dejaran volver, porque nadie más pudo entrar en esos momentos delicados en Cuba. No puedo ocultarlo: soy un admirador de la Revolución". El film, que para algunos será justo y para otros nuevamente parcial, resulta -más allá de las posturas ideológicas muchas veces irreconciliables- un interesante documento sobre uno de los hombres más polémicos, de las últimas seis décadas de la política internacional.
Por Diego Battle de Diario La Nacion (04/01/2008).
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